jueves, 26 de febrero de 2009

El otro día Emilio G., un tío de Lazkao (Guipúzcoa), al que la bomba de ETA en la sede del PSOE en su pueblo le había causado graves desperfectos en su casa, decidió tomarse la justicia por su parte. Con una maza, se presentó a plena luz del día en la herriko taberna (ya sabéis esos bares de los etarras que sirve de reunión y en menor medida para financiarse) que tiene ETA en Lazkao, y empezó a destrozarla. La gente de la calle, las marías, los parados y los viejos, lo flipaban. Un tío a cara descubierta liándola, partiéndolo todo en el bar etarra. Esto significa que todavía hay gente con dos o más cojones, aunque quede lejos de aquí. Le llaman "el héroe de Lazkao", y aunque su heroicidad se basa en una acto de justicia tomada por uno mismo, es de valorar su valentía y corage, a sabiendas que después de eso ETA lo buscaría para matarlo. De hecho ETA ya se lo ha hecho saber, por lo que el tío éste se tiene que ir de su pueblo. No obstante, parte de la sociedad se ha movilizado para darle ánimos, y varias personas anónimas le han ofrecido donativos para reponer los destrozos de la bomba. Incluso el aspirante del PP a ser próximo lendakari -falta una h por ahí-, Antonio Basagoiti, se ofreció para llevar su defensa en los juicios a los que se debe enfrentar. Desde aquí un pequeño homenaje. Todavía quedan héroes. ALR.

No hay comentarios: