POR UN HIJO LO QUE SEA.

Por un hijo lo que sea. Hasta pelearte a muerte con un amigo. Por eso, mi querido enemigo Gamaza y yo -un servidor que no sirve y que no sirve para casi nada- decidimos hacer un montaje de pelea. De tirarnos los platos a la cabeza. Su trabajo y esfuerzo costó. De hecho confirmamos que nuestra obra de teatro se parecía al argumento de la película Noviembre en que a los dos el teatro se nos fue de las manos. Todo empezó por iniciativa de mi íntimo enemigo (así se llama un disco de Sabia y Fito Paez). El motivo, la progresiva decadencia de nuestro blog. Nosotros, casi padres fundadores en origen y contenidos del blog, pensamos que esto no podía seguir así. Las ganas y la ilusión por mantener vivo un blog que fuera el reflejo de lo que somos como grupo de amigos y de lo que somos individualmente. El blog como una zona en la que compartir conocimientos, inquietudes, reflexiones, divertimentos. Un blog que recogiera nuestras anécdotas, que fuera testigo de nuestro tiempo, que fuera una huella -por lo menos virtual- de nuestra vida, que fuela la prueba inequívoca de que hemos pasado -de paso- por este mundo. Un blog donde sobre todo compartir, y construir nuestra identidad de grupo. Donde divertirse, matar el tiempo y la curiosidad, reirse -y reirse de uno mismo-. Todavía recuerdo comentarios que se referían a la sensación de estar esperando que se carge la página para poder leer una nueva entrada, un comentario o la respuesta a otro comentario, con una sonrisa. Y estas cosas no tienen precio, ni desperdicio. Una vez yo dije, para hacerme el gracioso (para mantener mi tipo de impostor y prepotente -que tanto me gusta, ya explicaré porqué-) que con este blog habíamos reinventado el ocio, que se trataba de una revolución sociocultural a pequeña escala. Quizá fuimos demasiado ambiciosos en principio, pero la ambición sirve para estar a la altura. Eran tantos los proyectos: dar a conocer noticias, hacer críticas de la vida, explicarnos cuestiones científicas, darnos remedios caseros, ponernos al día del deporte, aconsejarnos películas y músicas, y todo lo que por ser creativo y curioso tuviera cabida en este blog.


Y como llegó un momento en el que el blog estaba muerto y nos dolía, y agravaba este dolor el hecho de que se utilizara para cotilleos y comentarios fuera de lugar, decidimos que akgo había que hacer, porque el golpe de efecto fue, al final, un golpe de defecto. Así que simulamos esta pelea, para indignar a la gente, para removerles la conciencia y para calentar los ánimos. Por otro lado, porqué no decirlo, ha servido para que mi enemigo íntimo y yo nos divirtiéramos a más no poder. La reconciliación, planeada hasta el exceso, queremos que simbolice, la reconciliación de todos nosotros con nuestro blog ideal, ése que todos soñamos hace ya tiempo (más de 6 meses) y que ha visto el paso de cientos (miles) de visitas. Y que todos aportemos algo, porque todos podemos aportar algo. Y el que no pueda que levante la mano.

Y como creo firmemente en que se predica mejor con el ejemplo que con la palabra, asumo, para ser coherente con mis principios (no mis últimos), asumir el compromiso conmigo mismo. Y para que el presente surja efecto, lo firma vuestro amigo (y sin embargo peor persona) Adrián Luna Ramos, a 22 de febrero del 2009.