domingo, 14 de diciembre de 2008

EXTRAÑO SER INERTE

Extraño ser inerte.

Tengo dudas de quién soy
De quién me espera, de quién me precede
De quién se queda dentro conmigo
Cuando fuera de mi cuerpo llueve.
Este papel que tengo delante
Se llama deneí y dice conocerme
Quizá le sobren razones
Es un extraño ser inerte.
Adrián dice que me llamo
Que mi padre puso el semen
Para que el hijo de mi madre
Se criara dentro de su vientre.
No soy más que unos datos
Con peso, apellidos y sombra, el germen
De muchas cosas, la verdadera
Causa de cuanto me sucede.
También veo unas cifras
Dos del siete del setenta y nueve
Y a partir de ahí cuento hacia atrás
Al fin y al cabo sé que soy breve.
Qué raro, yo aquí y delante
Un papel que me representa, puede
Que seamos la misma cosa y que
Él viva aunque yo muera mil veces.

ALR, en algún mes de hace dos años.

3 comentarios:

The local dijo...

el denei....ese gran compañero ke nos acompaña a tos laos y ke no se, incluso forma parte de nuestra personalidad...wen poema ALR, me a sorprendio muxo ke le ayas dedicao un poema a ese ser inerte como tu le dices, pero no se, tu tienes mas estudios y verás mas allá de donde yo veo, donde yo veo un trozo de papel plastificado con una foto mu fea mia ke x cierto toy deseando renovar pa cambiarla pues tu ves material pa un poema, wena wena, toy deseando leer otras obras tuyas ya.

P.Borrego

The local dijo...

No soy más que unos datos,
con peso, apellidos y sombras...


No somos más que números. Soy, según dicen, el español número 44 millones, cincuenta mil y pico. El expediente número tal, o un simple cinco en el anterior trabajo para profesores que me ven a diario. El número 14 en la cola de la carnicería. En su momento, seré el parado 3 millones y pico. 25 millones me quedarán por devolver para pagar la hipoteca. 2.5$ TAE, por supuesto. 1500 caballos, o más, tendrá mi coche. Hasta para la Iglesia soy el feligrés número tal, ellos también me cuentan. Si voy a una manifestación, seré un número en las cuentas de la policía, o dos números en las cuentas de los organizadores. Al fin y al cabo números, son más fáciles de recordar que nombres...

Siempre he pensado que éste es uno de los principales problemas que genera el actual sistema. Te simplifican a números, te atorrullan con números, hacen que asumas que e¡no eres más que eso un simple número. Si eso se mezcla con la competitividad feroz en la que nos educan... Voilá, así estamos.


Los números no lloran.

A_S

Anónimo dijo...

A mí me da igual que el actual sistema (al que pertenezco y al que perteneceré quiera o no quiera -y por malo que sea, no haga nada por cambiarlo-) me simplifique a un número si reduce el número de muertos en carretera, si retrasa el tiempo de espera en los ingresos hospitalarios, si me ofrece las becas en educación que ofrecen los alemanes,si invierte en mi seguridad social la misma cantidad que en Suecia, si logra como Alemania llegar al pleno empleo (técnico, creo que es un 10% de desempleados), etc. Por cierto Antoño, te digo lo que le dijo una vez Dalí a Buñuel cuando éste último le pidió explicaciones al primero porque le hizo una putada al llegar a Nueva York: "Que sepas que yo he venido aquí a erigir mi estatua no la tuya". Mamón, me has destrozado el poema, has abierto un debate y no me has hecho una crítica destructiva, con lo que me hubiera gustado. ALR.