Grande Krahe, confiesa cantar porque le da la gana, sin cobrar un duro a nadie.

El cantautor madrileño Javier Krahe actúa hoy (20.00 horas) en la escuela de Aparejadores gratuitamente hasta llenar el aforo. Para este concierto trae a todo su grupo, con Fernando López de Guereña en las guitarras, Fernando Anguita en el contrabajo y el saxofonista Andreas Prittwitz en los vientos, gente de confianza y de muy largo recorrido con trabajos tan distintos del que hacen con Krahe.

Lo de Javier Krahe no tiene nombre. El veterano cantante madrileño se aparta de todas las leyes del espectáculo, vive al margen de todo y de todos y va a su bola, con su ritmo propio, único e imperturbable. Cualquier parecido con un 'cansautor' al uso no es ni coincidencia. Krahe es una antiestrella luminosa y desternillante, único para retratar los agujeros negros de la vida doméstica.

Inteligentísimo analista de los líos amorosos y las costumbres sociales, tiene ese encanto personal que le permite a uno escuchar una canción y su introducción por milésima vez y que produzca el mismo efecto que la primera. Maestro del ripio con calzador, del surrealismo ácido y del sarcasmo kitsch, cada una de sus canciones es una delicia de verbo afilado con sacapuntas, maneras trovadorescas y risibles tópicos compartidos. Pero eso sí, imposibles de entender si no es en su voz y de cuerpo presente, viéndole revivir cada una de ellas como confesión en confianza a la luz de una colilla.

De discografía intermitente, hay que acudir a 'Cinturón negro de karaoke' para encontrar sus últimas canciones, prolongadas con el DVD en directo 'Querencias y extravíos'.